La Paz, junio de 2020
Por Ariel E. Cusicanqui Barrero / Comunicador Social
El Gobierno transitorio y sus guerreros digitales no hacen otra cosa que crear una absurda dicotomía entre salud o elecciones. Ese argumento queda disuelto con el simple hecho de salir a las calles y observar la cantidad de personas aglomeradas, esta escena se multiplica en mercados, super mercados, y bancos.
El relato armado por el gobierno transitorio de «primero la salud» se cae a pedazos teniendo en cuenta que hasta la fecha no se hizo nada por aumentar la calidad del sector de salud, los médicos siguen implorando por insumos de seguridad, items, y ambientes que no son entregados (hospitales que se cambian de color de fachada).
El gobierno tuvo tiempo antes de y toda la cuarentena para equipar hospitales, prometieron 500 respiradores y hasta la fecha no se sabe nada, solo se supimos de los 17 ventiladores con un escandaloso sobreprecio, que no cuentan con software y para rematar no sirven para enfrentar la pandemia (según declararon los especialistas del area).
Por otra parte, también hay que mencionar que el gobierno de Jeanine Añez recibio varios millones de dólares entre créditos y donaciones para luchar contra la pandemia, se especula que sería alrededor de $us 2,392,662,646. Dinero que se desconoce de su inversión en la salud.
En cuanto a las elecciones se refiere y por lo expuesto anteriormente que sólod es la punta del obillo, ya que no hicimos referencia a los abusos, corrupción, violación de derechos humanos entre otros. A gran parte de la población boliviana le queda la sensación que es más peligroso no ir a las urnas, no solo porque no existe congruencia por parte del gobierno, sino porque se a politizado el tema del Coronavirus.
Mientras la población acató la cuarentena las autoridades celebraron cumpleaños, realizaron viajes en aeronaves de la FAB, colocaban ballas propagandísticas, en otras palabras hicieron todo, menos lo que tenían que hacer, a todo esto, cae pesado escuchar reiteradamente las disculpas por cada metida de pata y ya conocemos el cuento de «caiga quién caiga» por lo tanto resulta evidente la incapacidad que cargan.}
Ariel E. Cusicanqui Barrero es Comunicador Social.