La Paz, julio de 2020
Por Mario Marañón Albarracín
Se advierte un panorama económico preocupante en Bolivia, por las repercusiones que tiene la pandemia del coronavirus de la que los organismos internacionales así como serios especialistas la califican como la ”pandemia económica” que actualmente se vive por despidos en el sector público y privado y el crecimiento de la pobreza
Con la excusa de “ahorrar” recursos, el Poder Ejecutivo aprobó una norma para fusionar tres ministerios y se procedió a despidos vulnerando el Decreto 4199 de inamovilidad laboral en época de coronavirus en el sector público y por otro lado permite que trabajadores sean echados a la calle en el rubro privado.
A cuatro meses de determinarse la emergencia nacional, el gobierno de Jeanine Áñez otorgo bonos que no alcanzan a sectores vulnerables como los jubilados que tienen rentas miserables
A pesar que se abrieron varias actividades económicas están condicionadas a medidas de bioseguridad , otras quedaron postergadas posiblemente hasta septiembre , a su vez varias cerraron con el despido de empleados.
El creciente desempleo dio lugar la economía informal, multiplicando los vendedores callejeros que ofertan diversos productos a la espera de algunos ingresos que sirvan para alimentar a sus familias.
Otras actividades quedaron cerradas provocando una serie crisis para los clubes de fútbol, músicos, artistas, las salas de cine, teatros, bares y otras actividades de diversión, que dejaron sin trabajo a miles de personas..
Las empresas privadas luchan por sobrevivir y otras prescindieron de sus empleados para bajar costos. Mientras que las pequeñas y microempresas se debaten entre buscar créditos blandos o declararse en la quiebra.
DESPIDOS Y POBREZA
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). en el país, la tasa de desempleo urbano alcanzó 7,3% en abril, mientras que en marzo era de 5,7%. Con 11 millones de habitantes, Bolivia tiene un elevado grado de informalidad económica, con personas que sobreviven con los ingresos que generan al día y carecen de seguridad
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé que la pobreza extrema en Bolivia alcance el 16,8% de la población, según datos del INE, el año pasado, ese indicador se situó en 12,9%.
La Cepal calculó que los efectos negativos de la pandemia en la economía se traducirán en un incremento en la pobreza extrema en al menos 2,5 puntos porcentuales y que, para fin de año, cerca de 453 mil bolivianos más habrán caído en la extrema pobreza.
Esos datos muestran la urgente necesidad de un Plan con programa económico a corto, mediano y largo plazo que no lo hará un gobierno de transición, que no fue elegido por voto popular y actualmente no cuenta con la mayoría en el Legislativo.
Para frenar la pandemia económica que se aproxima se requiere de propuestas que frenen el desempleo y la pobreza. Asimismo una urgente reformulación de un presupuesto que en lugar de realizar propagandas para el gobierno de turno donde se confunde la gestión con el afán de figuración político para las próximas elecciones y destinar esos dineros a mejorar la salud pública, reformar de una vez la Caja Nacional de Salud y que todos los tengan una atención médica con calidad y calidez.
A la fecha, se desconocen propuestas concretas por parte de los diferentes candidatos presidenciales para que la crisis no afecte a los bolivianos y bolivianas ocasionando mayor pobreza y una posible convulsión social de impredecibles consecuencias.