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Opinión

La boda de «Don Cangrejo»

La Paz, 05 de junio de 2022

Por: Gustavo Torrico Landa / Viceministro de Gestión y Coordinación Gubernamental

En un paradisiaco lugar del planeta, se le dio noticia con grandes titulares de prensa, los noticieros televisivos y los comentarios en las estaciones radiales, le dedicaron mucho más tiempo que a cualquier otro hecho político, social o económico , se trataba del anuncio de la boda de Don Cangrejo, aquel personaje que de pronto irrumpió en la vida de los habitantes de aquel lugar y de otros circundantes, no era que nadie lo conocía, por el contrario si era conocido por su vida libertina, su mala educación y su grotesco comportamiento, todo amparado en el escudo económico familiar que quien sabe cuál su procedencia.

Aquel paraíso era visitado muchas veces por una paraba azul, que con su sola presencia era el centro de atención de propios y extraños, esta era la que tenía el poder de cambiar las cosas, se había prometido a si misma cobrar para beneficio del Estado todo el dinero que la familia del cangrejo le habría engañado al Estado, revirtió el monopolio que esta familia tenía sobre la distribución del gas licuado y otras medidas más.

La tensa calma que se vivía en el paraíso, comenzó a convulsionarse desde que la paraba asumió el mando en el lugar, desplazando a otros personajes que desde siempre habían usufructuado del poder y vivían a costa del mismo en desmedro del resto de los habitantes, el odio de Don Cangrejo hacia la Paraba se hizo patente, alguien por ahí le habría dicho al oído que tenía un gran parecido con Napoleón Bonaparte y por lo tanto le crearon un guion de comportamiento que le llevaría a destronar a la Paraba de su sitial así que utilizando su gran verborrea, su sonrisa fingida, sus poses violentas, la amenaza de sus palabras, etc. se lanzó a la ofensiva, con la ayuda clandestina de poderes extranjeros, el manoseo de la información pública y viejos políticos, logro su cometido en parte, ya que solo le alcanzo para hacerse del mando de un lugar en el paraíso, mientras otros se apoderaban del resto.

Desde ese día, Don Cangrejo vivía masticando su odio a la Paraba, no se la podía sacar de la cabeza, amanecía y anochecía pensando, echándole la culpa de todos sus males, sin aceptar que su incapacidad, negligencia y falta de tino, eran las que le habían hecho caer en desgracia frente a los habitantes de ese lugar del paraíso, ya su sonrisa fingida, su vestimenta de muchacho de barrio, sus gesticulaciones y lenguaje amenazante servían para revertir su caída.

Ahí salto la gran noticia, Don Cangrejo se casaba, era la cuarta vez que lo hacía, las tres primeras fueron un tremendo fracaso, una lo dejo por su carácter violento, la otra lo cambio por no ser cumplidor con sus deberes maritales y la otra por que tuvo miedo que con sus grandes tijeras le cortara la cabeza ya que en un altercado sufrió grabes lesiones.

Esta cuarta decía para sí mismo será distinto, sin sacarse de la cabeza la imagen odiada de la Paraba, se vistió de azul, trato de que su sonrisa fingida se vea más natural, su ego alcanzo su máximo tamaño de tres metros de esta forma doblaba la estatura física de Don Cangrejo, a nadie hasta hoy le conto como fue su noche de bodas teniendo en la cabeza la imagen grabada de la Paraba, podría ser a futuro está la causa de un nuevo fracaso en su vida.
Hoy Don Cangrejo ha vuelto a sus actividades, perdido en sus obligaciones como Adán en el Edén el día de la Madre, no encuentra la punta del ovillo para comenzar a desenvolverse como autoridad y por lo tanto recurre al viejo argumento LA CULPA DE TODO LA TIENE LA PARABA, mientras esta majestuosa sigue su vuelo.

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