Brasilia, 22 de mayo de 2020
Agencia EFE
Jair Bolsonaro y Nicolás Maduro, líderes de corrientes ideológicas opuestas y enemistados públicamente, comparten mucho más de lo que parece. Además del gusto por contar con militares en sus respectivos gobiernos, ambos defienden un polémico fármaco contra el COVID-19: la cloroquina.
Junto a Donald Trump, que la ha tomado preventivamente las últimas semanas, los mandatarios de Brasil y Venezuela son de los pocos líderes mundiales en promover este medicamento, un antipalúdico que puede acarrear serios efectos secundarios y cuya efectividad contra el coronavirus no está comprobada.