La Paz, agosto de 2020
Por Mario Marañon Albarracin / Periodista
Bolivia además de soportar el azote de la pandemia del coronavirus, se encuentra en medio de una economía endeble por las cuarentenas rígidas, despidos, jubilaciones miserables, a lo que suman bloqueos inhumanos y el sistema de salud que se debate en coma por falta de oxígeno, respiradores, medicamentos, insumos para laboratorios falta de equipos y de protección de bioseguridad para médicos y personal de salud entre otras carencias.
La economía boliviana muestra una preocupante contracción de un 7,93 por ciento con relación al mes de abril, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en 0,6 por ciento , según el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El director interino del INE Rubén Aguilar, anotó que el crecimiento del 0,6 % en los primeros tres meses del presente año es el más bajo en este periodo en el país desde 2001, cuando fue del 0 %.
Frente a ese panorama el gobierno de Jeanine Áñez sumó otro componente, el desempleo, con el despido de trabajadores en el sector público y avalando en el ámbito privado, incumpliendo el Decreto 4199 de inamovilidad laboral y dio paso a empobrecimiento de cientos de familias que tuvieron que sumarse al comercio informal para buscar algún sustento económico.
Analistas económicos como Alberto Bonadona, afirman que los bonos que proclama la presidenta transitoria Jeanine Áñez, no representa una solución integral a las necesidades de la población que requiere un plan integral que mejore sus ingresos para sectores vulnerables como por ejemplo los jubilados, así como impulsar las grandes potencialidades que tiene el país.
ENTRE BLOQUEOS Y LA VIDA
Como si fuera poco, en los últimos días el país vive bloqueos impulsados por intereses vinculados al frente político del MAS que exige elecciones en una fecha que no sea el 18 de octubre a pesar del creciente contagio de coronavirus en el país.
Los grupos que realizan esa acción de impedir el abastecimiento de alimentos, combustibles y otros insumos, se dieron a la tarea inhumana de privar que el oxígeno pueda llegar a centros hospitalarios que atienden casos de COVID además de otras enfermedades que requieren con urgencia ese elemento para preservar la vida.
A pesar que la presidenta del Senado, Eva Copa el 6 de agosto señaló que “es momento de reencontrarnos, de practicar la cultura de la paz, de entablar mesas de diálogo, de que nos escuchemos unos a otros”, la realidad muestra que se dice una cosa y se hace otra.
CRISIS EN SALUD
El calamitoso estado de la salud en Bolivia, es evidente a diario, por el abandono que tuvo en 14 años de gestión del gobierno de Evo Morales, a lo que se suma que en el gobierno de Jeanine Áñez se evidenció la corrupción la compra de 170 respiradores con sobreprecio que a la fecha no es aclarado en las vinculaciones que existe por algunos personeros del actual gobierno en esa adquisición que significa pérdidas económicas para el país.
Es muy evidente que en la gestión del MAS se dejó a la suerte a la salud y se pretendió remediar con la construcción de hospitales que no se concluyeron y fueron licitados con sobreprecio.
Sin embargo, la presidenta transitoria Jeanine Áñez , en su mensaje a la nación el 6 de agosto, dejó muchas dudas en torno a la atención que da su gobierno para mitigar los casos de coronavirus debido a que aún faltan ítems en hospitales, unidades de terapia intensiva, laboratorios y pruebas en diferentes ciudades para identificar a personas infectadas con COVID..