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Investigación chilena revela negocio de autos robados e involucra a jefes policiales bolivianos

La Paz, 3 de mayo de 2022

La Razón

Una investigación realizada por el Grupo de Búsqueda de Vehículos (GBV), que es una organización no gubernamental de Chile, junto a un equipo de prensa, reveló el lucrativo negocio de las bandas criminales que se dedican al robo de motorizados en países vecinos para luego internar y vender algunos de esos autos en el territorio boliviano, que involucra incluso a un par de jefes policiales de Bolivia.

El mencionado grupo lleva cerca de nueve años de existencia en los que —según un reportaje difundido en las últimas horas por Meganoticias de Chile— han recuperado al menos 50 autos robados y algunos de ellos en Bolivia.

Sin embargo —de acuerdo con la estadística que maneja Hugo Bustos, un excarabinero de Chile que lidera dicha organización— por semana llegan a ese grupo un aproximado de ocho denuncias de motorizados robados en el vecino país que estarían en Bolivia.

Es así que Hugo y uno de sus acompañantes habían ingresado a Bolivia por un punto no autorizado entre Colchane y Pisiga en marzo pasado con la misión de recuperar una camioneta plateada, marca Mitsubishi, robada en la ciudad de Calama y cuya ubicación fue posible rastrear gracias a su sistema de GPS incorporado.

“La mayoría de las recuperaciones que nosotros tenemos son (de) gente que son autoridades de Bolivia; del 100%, (solo) un 10% o un 15% son (de) civiles comunes”, remarcó el rescatista. Por esta razón es que, precisamente, habían decidido ingresar al país por un paso no habilitado sin levantar sospechas entre los uniformados bolivianos sobre sus movimientos.

Una vez que el grupo logró entrar a territorio boliviano a pie, tomó el servicio de un vehículo que presuntamente no tenía documentos en orden y fue interceptado por un policía que, sin embargo, a cambio de Bs 20, dejó pasar el motorizado.

El grupo de rescate llegó hasta la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde, según la ubicación del GPS, estaba la camioneta robada y donde también se encontró con el equipo de prensa que hizo seguimiento al operativo del GBV. 

Según el reportaje periodístico, Hugo, para entonces, ya tenía recopilado información sobre 10 autos chilenos robados que se encontrarían en Bolivia; no obstante, su misión principal era rescatar la camioneta robada en Calama.

Además, el rescatista, desde Chile, ya había hablado con el coronel Rolando Téllez, un jefe de la Dirección Nacional de Prevención e Investigación de Robo de Vehículos (Diprove) en Santa Cruz. Pues, “a veces se da la cooperación, la Policía realmente actúa (…) y se hace el proceso legalmente como corresponde; (pero) hay otras veces que no se da así y hay intervención de sobornos de por intermedio”, señaló.

En ese sentido, los investigadores chilenos visitaron dicha unidad policial en Santa Cruz, pero no encontraron al coronel que supuestamente los iba a ayudar y, a través de otro funcionario policial, les informaron que recién los recibiría en dos días.

Por esa razón, los chilenos decidieron ir directamente donde marcaba el GPS del vehículo robado a 40 minutos al sur de Santa Cruz de la Sierra. Según el reportaje, llegaron a un barrio llamado Dulce Hogar, pasaron frente a una casa de color rojo, donde se presumía la ubicación del motorizado y, mientras hacían vigilancia, lograron averiguar que ese domicilio pertenecía al “teniente coronel Raúl Cabezas, un uniformado que actualmente es jefe de la Policía de Frontera en la zona de Uyuni”.

Luego de más de cuatro horas de vigilancia a la supuesta casa del jefe policial, repentinamente salió del lugar la camioneta buscada, pero con placa boliviana, por lo que los investigadores presumieron que su documentación fue clonada.

Los investigadores siguieron el vehículo por unos minutos y luego le perdieron de vista. Media hora después, su GPS les avisó que ya se encontraba en el barrio Industrial de Santa Cruz en otro domicilio que también supuestamente pertenece al mismo Cabezas.

Segundo vehículo

Mientras hacían una nueva vigilancia a ese otro domicilio, los rescatistas recibieron el dato sobre una feria de venta de autos robados en el municipio de Yapacaní, que está a más de 100 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, y también decidieron trasladase hasta ese sitio.

En el lugar, observaron varios vehículos sin placa de control y encontraron una camioneta roja que aún conservaba un “sticker” con su placa patente original, por lo que consultaron en el sistema de registro de su país y comprobaron que igualmente se trataba de un motorizado que había sido robado, hace menos de un mes, en la ciudad de Calama.

Frente a esa situación, los investigadores, inicialmente, se hicieron pasar por compradores y uno de los vendedores les explicó que en ese lugar, además de vehículos chilenos, habían motorizados de otros países, y que les vendería con documentación boliviana. “De Argentina, más que todo, ahorita igual están entrando”, señaló el vendedor.

Luego, Hugo, indignado, decidió encarar al vendedor por tener en su poder el vehículo sustraído en Chile y, cuando ocurrió eso, el comerciante hizo una llamada telefónica.

“Mi coronel, buen día. De Chile (llegaron) con documentación y todo, ¿puede venir aquí a Yapacaní? ¿Su gente puede mandar para que verifiquen todo?”, se escuchó decir al vendedor mientras hablaba por un teléfono móvil.   

Después, ese sujeto les informó a los rescatistas que la Policía ya venía en camino, pero ellos temían que efectivamente estén involucrados, en el negocio ilícito, algunos uniformados y que siendo así terminen detenidos con la justificación de que ingresaron de manera ilegal a Bolivia.

Por lo tanto, según el reporte periodístico, “al sentir frustración al no poder hacer nada con los vehículos robados y que la Policía esté detrás de este ilícito, Hugo comenzó a grabar con su celular un video (relatando lo que veía) y, apenas dejó de grabar, comenzaron a ocultar el vehículo (rojo) robado”.

Pero Hugo, pese a esa situación, siguió discutiendo con el vendedor y en ese momento recibió una llamada telefónica. “En este minuto, el señor comandante Rolando Téllez me dice que son parte de lo que le pagan a los oficiales. Que no nos metamos acá porque él también tiene sus vehículos a la venta acá. El comandante, incluso, me dijo que está averiguando con la Interpol por dónde entramos”, contó. Con ello, los investigadores dieron por hecho que el vendedor sí había hablado con un jefe policial y resolvieron abandonar de inmediato el lugar.

“Tuvimos que arrancar, los implicados en robos de vehículos llamaron al coronel de Diprove, (el vendedor) se comunicó delante de nosotros, delante de nosotros con el coronel”, denunció el líder de la investigación.

Sin embargo, el incidente no quedó solamente ahí. Mientras retornaban a Santa Cruz de la Sierra, Hugo volvió a recibir otra llamada y, según el reporte, era el mismo “comandante”, a quien hasta se lo escuchó preguntar si “han operado en Yapacaní”.

Posteriormente, Hugo consideró que la Policía de Bolivia está “totalmente corrompida” y que ya no había “nada que hacer” ahí. Después, los investigadores volvieron a la casa en la ciudad de Santa Cruz, donde se suponía que aún estaba el primer vehículo encontrado y con el uso de un dron verificaron que sí continuaba en el mismo sitio tapado con una manta a un costado del patio de dicho domicilio.

Esta primera parte del mencionado reportaje televisivo concluye con el anuncio de que en un próximo capítulo se mostrará lo peligroso que fue recuperar la camioneta, no solo por las coimas a las que se enfrentaron, sino “por el riesgoso regreso a casa” en Chile.

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